lunes, 29 de abril de 2019


La controvertida exigencia de legitimidad y limpieza de sangre para la entrada en la Universidad de Sevilla en los siglos XV-XVIII

El Colegio de Santa María de Jesús-Universidad de Sevilla fue fundado por maese Rodrigo Fernández de Santaella en 1505, considerándose su acta de nacimiento la Bula del papa Julio II, que sancionaba la erección del Colegio y le autorizaba a conferir grados. A los pocos años de la fundación, el propio maese Rodrigo redactó unas primeras constituciones, de las que existe en el Archivo Histórico de la Universidad de Sevilla una copia manuscrita, sobre pergamino, con signatura AHUS Legajo 608-16. Dichas constituciones preveían entre otros temas una serie de normas de admisión y de requisitos que habían de cumplir los aspirantes a obtener las becas de estudiante.  Las normas se referían al número máximo de estudiantes que podían ser admitidos (que no podía exceder de quince, de los que diez serían teólogos y cinco canonistas), la edad mínima de acceso (establecida en los dieciséis años), la prohibición de admitir al mismo tiempo a dos becarios emparentados hasta el cuarto grado (para impedir la formación de bandos internos originados en el linaje), y la preferencia por aspirantes andaluces, especialmente a los naturales de Carmona y Utrera, estando excluidos los naturales de Sevilla.
Otro requisito establecido por las Constituciones era el de la pobreza, entendiéndose por pobre aquél cuyas rentas no le permitían sustentarse mientras realizaba sus estudios, por la distancia entre el lugar de residencia y el centro universitario. Sin embargo, estas primeras constituciones rechazaban el requisito de la limpieza de sangre, estableciendo maese Rodrigo en la Constitución XV, que llevaba por título Quod in electionibus nulla differentie generis ratio habetur, y establecía que no se hicieran distinciones entre los candidatos, ya fueran canarios, indios, gentiles, paganos, judíos, sarracenos, nobles, no nobles, ricos, pobres, buenos, malos, urbanos, rústicos, libres o esclavos o de cualquier otro linaje mientras se fuese cristiano. 









 
No respetaron sin embargo los sucesores la voluntad de maese Rodrigo y, como puede apreciarse en la imagen, la constitución fue tachada, suprimiéndose en copias  posteriores. Ha sobrevivido sin embargo una copia de las constituciones que incluye la Constitución número XV, en la Real Academia de la Historia (RAH. 9/5394).
                                                                                     Purificación Mallén Osuna



Bibliografía y fuentes
Ollero Pina, José Antonio. La Universidad de Sevilla en los siglos XVI y XVII. Sevilla: Universidad de Sevilla,1993.
AHUS Legajo 608-16