Pharsalia, cum Omniboni Leoniceni commentario
Vencia, Bartholomaeus Zanis; impens. Octaviani Scoti, 31 marzo 1492.
Biblioteca de la Universidad de Sevilla A 336/081
Como fuente histórica y como poema épico, la Pharsalia o Bellum civile del cordobés Lucano (39-65 d.C.), tan admirado siempre en España, fue una de las obras de la Antigüedad más difundidas durante la Edad Media y el Renacimiento. De ella se sirvió Alfonso X para la Primera Crónica General, y ejerció una influencia muy considerable entre los humanistas y poetas españoles del siglo XV, sobre todo en Juan de Mena.
La epopeya latina que tras la Eneida de Virgilio parecía haber quedado fijada definitivamente en sus características esenciales, derivadas de Homero, fue renovada por Lucano en este poema de diez cantos al abandonar los temas y la tramoya mitológica en favor de un asunto histórico y verídico cantado con un vigor inigualable, la guerra civil entre Pompeyo y César.
Numerosas ediciones europeas de la etapa incunable tuvo la obra, siendo las más interesantes la princeps de Juan Andrés (Roma, 1469) y la de G. B. Guarino (Venecia, 1477). Esta de 1492 comentada por el gramático y filólogo italiano del siglo XV Omniboni Leoniceni (Ognibene de Lonigo) con noticias biográficas del poeta, antiguas y de autores de la época, fue una de las que más se prodigaron. Su editor, Ottaviano Scotto, fue un importante tipógrafo que con frecuencia, como en este caso, encargó a otros sus publicaciones.
La primera edición castellana, traducida en prosa por Martín Laso de Oropesa (1499-¿1564?), Secretario del cardenal Don Francisco de Mendoza y Bobadilla, prelado de Burgos, no lleva indicaciones tipográficas, pero se presume que vio la luz en Amberes hacia 1530. Esta versión fue la que se siguió editando en España hasta la brillante y libre realizada en octavas por el poeta sevillano Juan de Jáuregui (Madrid, Lorenzo García, 1684).
La epopeya latina que tras la Eneida de Virgilio parecía haber quedado fijada definitivamente en sus características esenciales, derivadas de Homero, fue renovada por Lucano en este poema de diez cantos al abandonar los temas y la tramoya mitológica en favor de un asunto histórico y verídico cantado con un vigor inigualable, la guerra civil entre Pompeyo y César.
Numerosas ediciones europeas de la etapa incunable tuvo la obra, siendo las más interesantes la princeps de Juan Andrés (Roma, 1469) y la de G. B. Guarino (Venecia, 1477). Esta de 1492 comentada por el gramático y filólogo italiano del siglo XV Omniboni Leoniceni (Ognibene de Lonigo) con noticias biográficas del poeta, antiguas y de autores de la época, fue una de las que más se prodigaron. Su editor, Ottaviano Scotto, fue un importante tipógrafo que con frecuencia, como en este caso, encargó a otros sus publicaciones.
La primera edición castellana, traducida en prosa por Martín Laso de Oropesa (1499-¿1564?), Secretario del cardenal Don Francisco de Mendoza y Bobadilla, prelado de Burgos, no lleva indicaciones tipográficas, pero se presume que vio la luz en Amberes hacia 1530. Esta versión fue la que se siguió editando en España hasta la brillante y libre realizada en octavas por el poeta sevillano Juan de Jáuregui (Madrid, Lorenzo García, 1684).
(Tomado de: Rocío Caracuel Moyano y Aurora Domínguez. Un tesoro en la Universidad de Sevilla: incunables y obras de los siglos XVI y XVII: Exposición. Sevilla: Secretariado de Publicaciones de la Universidad, 1993).
Fotografía: José Delgado Lamela.
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