Madrid: (s. i.), 1615-1631.
Album compuesto por una serie de láminas de Morante fechadas entre 1615 y 1631, algunas recortadas y pegadas, con numeración correlativa a mano. El ejemplar sólo se parece al descrito por Pérez Pastor (II, 1.396) y recogido por Simón Díaz en el n° 3.303.
Album compuesto por una serie de láminas de Morante fechadas entre 1615 y 1631, algunas recortadas y pegadas, con numeración correlativa a mano. El ejemplar sólo se parece al descrito por Pérez Pastor (II, 1.396) y recogido por Simón Díaz en el n° 3.303.
Preciosa colección facticia de láminas que comienza con el retrato grabado en cobre del autor, fechado en 1624, y a continuación le siguen las portadas de la primera parte de su obra Arte Nueva de escribir (Madrid, 1615) y de la tercera (1627). En la hoja 44 se halla la de la parte cuarta y última publicada.
Pedro Díaz Morante, nacido en Alcázar de San Juan hacia 1565, ejerció de maestro de escribir en Toledo y sobre todo en Madrid donde, no sin grandes fatigas a causa de rivalidades en su profesión, llegó a ser Examinador de los Maestros del Arte de escribir y a gozar de un enorme prestigio que conservó hasta su muerte en 1636.
Esta obra es la plasmación gráfica del nuevo método de aprender a escribir, basado en el enlace o trabado de las letras, que él había ideado y llevado a la práctica. Si hoy ello puede parecer algo sencillo y natural, no lo era a fines del siglo XVI entre los que enseñaban y escribían letras que no fuesen la procesada.
A pesar de ser Díaz Morante un hombre extremadamente religioso, por la asombrosa rápidez que con el método aprendían sus alumnos, llegó a ser acusado por algunos de hechicería. Gracias a que tuvo la suerte de haber enseñado en sus primeros tiempos a personas muy principales, como un sobrino del cardenal Zapata y el Condestable de Castilla, la cosa no fue a más y su fama siguió adelante. Hacia 1618 tuvo el honor de ser designado para maestro de escribir del infante Don Fernando, después célebre Gobernador de Flandes.
Además del sistema de Díaz Morante, en las láminas hay que apreciar otro importante aspecto, su habilidad de calígrafo. Como era habitual en las obras de su misma índole, sus láminas se acompañan con dibujos, a veces hechos en un sólo trazo, de motivos muy diversos. En esta colección se halla el excelente retrato ecuestre de Felipe IV, de un trazo, incluido en hoja plegada en la cuarta parte de la obra, a él dedicada.
Los anteriores apuntes están tomados del amplio estudio sobre Díaz Morante y su obra de Emilio Cotarelo y Mori, Diccionario biográfico y bibliográfico de calígrafos españoles (Madrid, Impr. de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1916, T. II, n° 745).
Biblioteca de la Universidad de Sevilla A 54/119
(Tomado de: Rocío Caracuel Moyano y Aurora Domínguez. Un tesoro en la Universidad de Sevilla: incunables y obras de los siglos XVI y XVII: Exposición. Sevilla: Secretariado de Publicaciones de la Universidad, 1993).
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