viernes, 13 de julio de 2018

Colección de grabados

Colección de grabados

En algunas páginas está escrito el nombre Joaquín Serrano, acompañado de pequeños garabatos de animales y partes del cuerpo humano que delatan el pobre talento artístico del propietario del libro. Un desconocido Joaquín carente de talento pero con un gusto exquisito. Nadie que no cultivara una afición real por el arte tendría en su colección esta obra de obras. Grabados que, de autor tan desconocido como el dueño, llaman a ser contemplados en cada detalle, retándonos a descifrar sus misterios.

Los veinticinco grabados calcográficos que componen el cuaderno corresponden a diseños de arquitecturas efímeras, retablos y fuentes, entre la estética tardomanierista y el estilo barroco, que mezclan iconografía pagana y cristiana. Repletos de detalles hasta rozar el horror vaqui, las estructuras parecen moverse con el ajetreo de criaturas y motivos curvos que las cubren. Cada uno con un significado propio que añadir al conjunto. Como si de emblemas se tratara. Desafiando la cultura visual del espectador. Equiparándonos al hombre moderno y su gusto por la imagen, la poesía y la literatura en forma de alegoría. Maravillándonos. ¿Seremos capaces de desentrañar algunos de sus secretos?

Entre todos los grabados destaca el grupo perteneciente al diseño de una fuente monumental dedicada a los elementos: agua, tierra y aire. De dos pisos, está presidida en lo alto por Neptuno de pie sobre una tortuga, flanqueado por tritones y delfines. Justo debajo, en el primer nivel, la alegoría del gua, representada por Océano rodeado de criaturas y aves marinas. A la izquierda, la Tierra, como una mujer rodeada de mamíferos: ciervos, cabras, un puerco espín, un mono. Y la derecha, el Viento, como una mujer con una gaita y alas en la cabeza, que cabalga sobre un águila que acciona un fuelle con una pata mientras con la otra se apoya en un orbe. Rodeándolos, todo un catálogo de aves de todas clases. El conjunto, perfecto para este tipo arquitectónico, habla de las propiedades y riqueza del agua, a la vez que simboliza el poder sobre mares y océanos o, lo que es lo mismo, el dominio político y económico del mundo: del agua, de la tierra y del aire que las envuelve.


Junto a los motivos paganos que dominan la mayor parte de los grabados, encontramos algunos de tema religioso, como es este Cristo de la Sangre, cuya iconografía deriva del culto a la sangre de Cristo que tuvo lugar entre los siglos XVII y XVIII a través de la interpretación de los escritos de San Buenaventura. De ahí surgieron iconografías como la del lagar místico, la prensa mística, el Cristo Varón de Dolores, o está que nos ocupa, donde vemos como tres ángeles recogen en copas la sangre derramada de las llagas de Cristo. Son muchos los ejemplos que podemos encontrar de este modelo iconográfico: El Greco, Hieronymus Wierix, Mateo Guerrero el Jovén o Nicolas de Bussy son algunos de los artistas que lo han tratado. Difícil incómodo, e incluso explícitamente violento, pero lleno de simbolismo cristiano, el de una época y un contexto que no podemos obviar.


Ahora te toca a ti seguir investigando... ¿Cuántos serás capaz de interpretar?

No hay comentarios: