martes, 10 de marzo de 2015

LA BIBLIA DE GUTENBERG VUELVE A LA UNIVERSIDAD DE SEVILLA






La restauración de la Biblia ha durado seis meses y la han realizado especialistas del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico    


La vuelta de la Biblia de Gutenberg es un momento emotivo para la Biblioteca de la Universidad de Sevilla, porque se trata sin duda del libro más valioso de un fondo bibliográfico y documental que merece figurar entre los más importantes de España. Valioso porque es el libro que inaugura la era de la imprenta, en torno a 1454, y porque está considerado por muchos como el libro más hermoso jamás impreso.

Es la Biblia de Gutenberg, también conocida como Biblia de las 42 Líneas, paradigma del fruto de la imprenta primitiva, un objeto a medio camino entre lo industrial y lo artesanal, pues aunque a partir del nacimiento de la imprenta los libros se producen en serie, cada ejemplar exhibe cierto número de rasgos diferenciadores que determinan su “individualización” que es un elemento casi definitorio del libro impreso del siglo XV.



Una parte de la tirada –de unos 200 ejemplares—de la Biblia de Gutenberg se hizo en papel y otra en vitela, presentando algunos ejemplares cuadernillos con variantes en la composición de las páginas y el número de líneas. Súmese a ello que en aquel tiempo los libros salían del taller sin encuadernar, y con los espacios para las iniciales en blanco, para que fuera el propietario quien en función de su poder adquisitivo y sus gustos eligiera una encuadernación y una decoración miniada para su libro.
  
El ejemplar sevillano de la Biblia de Gutenberg es sólo el volumen segundo, correspondiente al Nuevo Testamento. La encuadernación en holandesa, del siglo XIX probablemente, es pobre pero digna. La decoración miniada de las capitales, sin llegar a la profusión y exuberancia de orlas que se prolongan por toda la página de otros ejemplares, es de un gusto exquisito y de una enorme elegancia.

La Biblia ha regresado a los anaqueles de la Biblioteca de la Universidad de Sevilla, tras haber permanecido por espacio de seis meses, para su restauración, en el Monasterio de Santa María de las Cuevas, sede del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico. Aunque el estado de conservación es razonablemente bueno, la detección de pequeños signos de deterioro hizo que la Biblioteca solicitara a los técnicos del Instituto la realización de los estudios y análisis pertinentes y la intervención, si se estimaba necesaria, para detener posibles procesos de deterioro.

El diagnóstico del equipo de restauradores del IAPH confirmó la existencia de problemas menores de conservación, relacionados fundamentalmente con las cubiertas de la encuadernación que viste al volumen, la suciedad en algunas hojas y la pérdida de sustancias de sustentación en los pigmentos de algunas iniciales miniadas. Todo ello determinó la naturaleza de la intervención, limitada básicamente a la limpieza de todo el volumen, la reparación de las cubiertas y la fijación de los pigmentos. Se trata, por tanto, de una intervención menor, pero necesaria. A ello se suma la confección de una caja de conservación acorde con la importancia del ejemplar.   

 La elección del IAPH para la restauración de la Biblia se fundamenta en la solvencia contrastada de los especialistas que en esta institución trabajan en la defensa del patrimonio histórico artístico de nuestra región. De hecho, no es la primera vez que el IAPH aborda la restauración de un libro antiguo de la BUS, pues en el pasado se encargó de la restauración de un Misal Hispalense del siglo XVI. A esa solvencia se suma la circunstancia de haber suscrito la Universidad de Sevilla y el IAPH un convenio de colaboración para la organización de una exposición, cuya inauguración está próxima, sobre la figura del poeta sevillano Juan de Arguijo, con motivo de los trabajos de restauración que está realizando el IAPH de las pinturas de los techos de su casa.

En el marco de ese convenio la Universidad y el Instituto acordaron abordar el estudio y la restauración del ejemplar sevillano de la Biblia de Gutenberg, que porta en su primera página el sello de la Casa Profesa, un centro jesuítico que estaba frente a la casa de Arguijo, y con el que el poeta tuvo siempre una fortísima vinculación, llegando incluso a haber buscado allí refugio en algunos momentos especialmente difíciles de su vida.

Se da la circunstancia de que la Biblia de Gutenberg pasó a formar parte de la colección de la biblioteca universitaria en 1770, precisamente cuando la recién creada Universidad Literaria de Sevilla, ya separada del Colegio de Santa María de Jesús, ocupaba la que sería su sede durante doscientos años, en el edificio de la Casa Profesa de la Compañía, hoy Facultad de Bellas Artes, en la calle Laraña.

Tan importante como la propia restauración es el estudio con el diagnóstico y las recomendaciones de los técnicos del IAPH, que recomiendan evitar en el futuro las manipulaciones y sobreexposición de la Biblia, cuando no sea absolutamente necesario.