miércoles, 27 de mayo de 2015

Jaca (Huesca), del 13 al 17 de julio de 2015

Dirigido por D. Manuel José Pedraza Gracia, Catedrático de la Universidad de Zaragoza.

Programa del curso

Lunes, 13 de Julio

09:00 h. Conceptos, estructura formal y material del libro antiguo (1)
Martes, 14 de Julio

09:00 h. Fuentes impresas y automatizadas de identificación y tasación del libro antiguo: descripción y uso (1)

16:30 h. Las patologías del libro antiguo (2)
Miércoles, 15 de Julio
Mercado, coleccionismo y bibliofilia (3)

09:00 h. Criterios objetivos y subjetivos de tasación: detalles variables que cambian la tasación de un libro (4)

Jueves, 16 de Julio
16:30 h. Legislación sobre patrimonio bibliográfico y libro antiguo (5)
Viernes, 17 de Julio

09:00 h. El valor del libro antiguo en la biblioteca (6)
11:30 h. El manuscrito: análisis y valoración (7)
PonentesCarlos Clavería Laguarda (Carlos Clavería Libros y Manuscritos Antiguos)Javier Tacón Clavaín (Universidad Complutense. Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla)Susana Bardón Iglesias (Susana Bardón Estudio Bibliográfico)Fermín de los Reyes Gómez (Universidad Complutense de Madrid)Margarita Becedas González (Universidad de Salamanca)Elisa Ruiz García (Universidad Complutense)

martes, 26 de mayo de 2015


René Antoine Ferchault de Réaumur (1683-1757). Memoires pour servir a l'histoire des insectes. París, 1734.
Biblioteca de la Universidad de Sevilla A 298/176-180 



Natura maxime miranda in minimis (la naturaleza es especialmente admirable en las cosas mínimas). Esta máxima latina es el lema de la obra entomológica de Réaumur y le sirvió para enaltecer y defender el estudio de los insectos, hasta entonces olvidado, y que incluso durante la publicación de esta obra fue despreciado y ridiculizado por otros naturalistas, como su rival Georges Leclerc de Buffon, autor de la monumental Histoire naturelle, quien comentó: aux petits esprits les petits objets.

La defensa del valor de su objeto de estudio le llevó a recordar las diversas producciones de los insectos con importancia para los humanos, como la miel, la cera y el tinte de las cochinillas, así como su papel en la maduración de las frutas. Por otra parte, mencionó también la necesidad de conocer a los insectos para combatir las plagas que podían hacer peligrar las cosechas y la propia salud de las poblaciones humanas.


Aunque Réaumur destacó en otros campos de las ciencias naturales, las Mémoires serán la obra de su vida, ya que dedicó más de diez años a la investigación, recopilación y edición de los 6 volúmenes aparecidos entre 1734 y 1742, dejándola inacabada (como le sucedería también a Buffon con la suya). En los tomos publicados en vida, Réaumur trató de diversas clases de insectos, sobre todo voladores, entre las mariposas y las moscas, y sus favoritas, las abejas. Su trabajo fue tan intenso que, con el material que dejó a su muerte, se publicó un séptimo volumen en dos partes, pero en 1928 y 1955, sobre las hormigas y los escarabajos. El título de la obra, que no es una historia natural de los insectos, se explica por el autor como la constatación de la falta de información que padecía la ciencia sobre estos seres, ya que opinaba, justamente, que no se conocía la gran mayoría de las especies de insectos, y que faltaban muchas observaciones antes de poder acometer una verdadera historia natural en este campo.  En este contexto, da una versión avanzada para su época de la biodiversidad: de las 12-13.000 especies de plantas conocidas en su época, señala que cada una mantenía centenares de especies diferentes de insectos que, a su vez, eran presas de depredadores especializados. De esta forma, aparece como un precursor de la etología. Además, Réaumur consideraba que lo que se había publicado hasta entonces en gran parte era poco fiable, por falta de método y de crítica, y demasiado amor por la maravilla.

En efecto, aunque Réaumur fue siempre un católico devoto, no transigió nunca en su trabajo científico con la milagrería y la falta de crítica, y siempre enalteció la necesidad de una larga práctica de la observación con ojos filosóficos e ilustrados. Por ello, se enfrentó a los jesuitas editores del famoso e influyente Journal de Trévoux porque defendían la generación espontánea de los insectos a partir de la materia en descomposición. Después de las observaciones de Marcello Malpighi (1628-1694) y Jan Swammerdam (1637-1680) sobre la reproducción de los insectos, confirmadas por él mismo, y comprobadas con experimentos ¿cómo podían seguir sosteniendo esta idea infantil? Esto le llevó a sostener de forma clara y rotunda un principio científico hasta entonces poco difundido: la invariabilidad de las especies de insectos y el nacimiento de cada individuo originado en otro de la misma especie, y no por azar y casualidad.





René Antoine Fercheault de Réaumur nació en una familia de la nobleza de toga en el puerto de La Rochela, en cuyos alrededores su familia poseía tierras y señoríos. Tras estudiar derecho y matemáticas, encaminó su carrera hacia la Real Academia de Ciencias de París, donde entró en 1708 en calidad de geómetra, y que le elegiría director muchas veces, desde 1711. Muy pronto se dedicó a estudios prácticos muy influyentes sobre la metalurgia, siendo considerado el fundador de la siderurgia científica y la metalografía (en los años 1720), perfeccionando el método para obtener el acero y recibiendo el apoyo político y financiero del Regente Felipe de Orleans. La Academia le había encargado en 1709 la dirección de una gran obra destinada a describir la industria francesa: la Description des Arts et Métiers (una de las fuentes principales, en materia técnica e industrial, de la Encyclopédie), algunos de cuyos capítulos redactó él mismo, pero que no se publicó más que parcialmente durante su vida. Sus observaciones y experimentos con la metalurgia le llevaron a considerar las dificultades de la medición de las magnitudes físicas, en especial la temperatura, por lo que creó un termómetro que utilizaba el alcohol para medirla, con una escala de 80 grados que lleva su nombre: la escala Réaumur (1730).

Es a partir de entonces cuando se dedica más a la historia natural, reuniendo una colección de muestras que fue una de las mayores de Europa, y llegando, tras largas observaciones, a conclusiones importantes como la naturaleza animal de los corales, durante sus muchos años de estudio de los invertebrados acuáticos. Aparte de las Mémoires, que es la mayor, entre sus obras en este ámbito destacan sus trabajos de ornitología y avicultura, en que, utilizando sus conocimientos sobre la temperatura, propone con gran éxito técnicas para la incubación artificial de huevos (1749-1751), conocimiento que difunde con un resumen destinado a su divulgación entre los granjeros. En sus últimos años, aparte de sus estudios ornitológicos, Réaumur realiza una crítica sistemática de la obra de Buffon en el campo propiamente científico, pero también en el filosófico, a través de cartas editadas con otro nombre (1751-1756), en las que ataca la concepción deísta de la naturaleza que defendía su compañero de la Academia. La polémica termina al producirse la repentina muerte de Réaumur, de una caída del caballo, en 1757. Su vasta colección de historia natural, que había legado a la Academia, cayó, sin embargo, en manos de Buffon, que la obtuvo para el Cabinet du Roi, que él dirigía.

Tomado del comentario de Fernando J. Campese a la obra Mémoires pour l'histoire des insectes, para la exposición Antonio de Ulloa. Vida y obra de un ilustrado a a través de su biblioteca. Sevilla, 2015.



martes, 19 de mayo de 2015

TITIVILLUS: UNA NUEVA REVISTA SOBRE EL LIBRO ANTIGUO

TITIVILLUS




El próximo día 20 de mayo a las 19 horas se presenta en la Biblioteca Nacional de España Titivillus, una nueva revista sobre libro antiguo. 

En la presentación intervendrán Elisa Ruiz García, Víctor Infantes, Manuel José Pedraza (director de la publicación) y Concha Lomba (Vicerrectora de la Universidad de Zaragoza).

  
Titivillus nace como una revista interdisciplinar de periodicidad anual dedicada a la publicación de trabajos de investigación sobre el libro antiguo desde todos sus aspectos: históricos, materiales, formales, artísticos, bibliográficos, de gestión bibliotecaria, como objeto de colección y patrimonial, tipográficos...

Su objetivo es servir de vehículo de transmisión del conocimiento a la comunidad científica que investiga y se interesa en cualquiera de las múltiples facetas relacionadas con el mundo de los manuscritos e impresos.

Titivillus se edita en la Universidad de Zaragoza por un grupo de Investigadores del libro antiguo de diferentes universidades españolas y extranjeras.

jueves, 14 de mayo de 2015

PHARSALIA

Marco Anneo Lucano
Pharsalia, cum Omniboni Leoniceni commentario
Vencia, Bartholomaeus Zanis; impens. Octaviani Scoti, 31 marzo 1492.
Biblioteca de la Universidad de Sevilla A 336/081

Como fuente histórica y como poema épico, la Pharsalia o Bellum civile del cordobés Lucano (39-65 d.C.), tan admirado siempre en España, fue una de las obras de la Antigüedad más difundidas durante la Edad Media y el Renacimiento. De ella se sirvió Alfonso X para la Primera Crónica General, y ejerció una influencia muy considerable entre los humanistas y poetas españoles del siglo XV, sobre todo en Juan de Mena.
La epopeya latina que tras la Eneida de Virgilio parecía haber quedado fijada definitivamente en sus características esenciales, derivadas de Homero, fue renovada por Lucano en este poema de diez cantos al abandonar los temas y la tramoya mitológica en favor de un asunto histórico y verídico cantado con un vigor inigualable, la guerra civil entre Pompeyo y César.


Numerosas ediciones europeas de la etapa incunable tuvo la obra, siendo las más interesantes la princeps de Juan Andrés (Roma, 1469) y la de G. B. Guarino (Venecia, 1477). Esta de 1492 comentada por el gramático y filólogo italiano del siglo XV Omniboni Leoniceni (Ognibene de Lonigo) con noticias biográficas del poeta, antiguas y de autores de la época, fue una de las que más se prodigaron. Su editor, Ottaviano Scotto, fue un importante tipógrafo que con frecuencia, como en este caso, encargó a otros sus publicaciones.
La primera edición castellana, traducida en prosa por Martín Laso de Oropesa (1499-¿1564?), Secretario del cardenal Don Francisco de Mendoza y Bobadilla, prelado de Burgos, no lleva indicaciones tipográficas, pero se presume que vio la luz en Amberes hacia 1530. Esta versión fue la que se siguió editando en España hasta la brillante y libre realizada en octavas por el poeta sevillano Juan de Jáuregui (Madrid, Lorenzo García, 1684).

(Tomado de: Rocío Caracuel Moyano y Aurora Domínguez. Un tesoro en la Universidad de Sevilla: incunables y obras de los siglos XVI y XVII: Exposición. Sevilla: Secretariado de Publicaciones de la Universidad, 1993).
Fotografía: José Delgado Lamela.

jueves, 7 de mayo de 2015

CURSO EXTRAORDINARIO PATRIMONIO Y HUMANIDADES DIGITALES



Instituto de Estudios Medievales y Renacentistas.
Universidad de Salamanca
FECHAS 24-26 de junio de 2015 (miércoles–viernes)
Información y matrícula: http://formacionpermanente.usal.es

La producción en el ámbito de la Humanidades ha experimentado en los últimos años una transformación de crucial importancia. Tanto los medios de producción como la investigación que se hace de los textos de todos los tiempos exigen nuevas metodologías y permite nuevas aproximaciones gracias a las herramientas digitales que tenemos hoy a nuestro alcance. 


Los nuevos útiles permiten escrutar un inmenso corpus de textos y de imágenes, así como producir representaciones radicalmente nuevas cuyo estatus epistemológico está todavía en desarrollo. Los datos y los documentos son más fácilmente compartibles, los investigadores trabajan de una manera más integrada, los modos de comunicación de la investigación se están transformando. Los procesos de producción y difusión del conocimiento científico cambian de naturaleza, y estos cambios han de integrarse en la formación de los nuevos investigadores. 

El curso Patrimonio y Humanidades Digitales organizado por el IEMYR (Instituto de Estudios Medievales y Renacentistas) de la Universidad de Salamanca, ofrece una aproximación al patrimonio textual desde diferentes ópticas abordando aspectos filológicos, documentales y comunicativos que permitirán al alumno obtener una visión contemporánea de la manera de trabajar con el patrimonio textual. 

lunes, 4 de mayo de 2015




Psalterium graecum.
Vencia, Aldus Manutius, 1496-98.
Biblioteca de la Universidad de Sevilla A 336/132

Integramente impreso con tipos griegos a dos tintas, este magnífico Psalterium constituye una de las joyas bibliográficas más valiosas que posee la Universidad. Aunque no se sabe con exactitud su fecha de impresión, se supone que no debió hacerse más alla de mediados de 1498 en que sus tipos quedaron fuera de uso.

 
La edición hecha en el taller del prestigioso humanista e impresor Aldo Manucio "el Viejo", lleva una carta del editor, Justinus Decadyus. En ella anuncia la intención de Manucio de publicar el Pentateuco y el Antiguo Testamento en hebreo, griego y latín.
El primer libro impreso entero con tipos griegos que se conoce es una gramática de 1476 publicada en Milán, centro durante un tiempo de las ediciones en dicha lengua. Manucio, con una sólida formación humanística y después de profundizar en sus estudios clásicos en Ferrara, donde había contado con la protección y amistad de Pico della Mirandola, se trasladó a Venecia con el propósito de establecer allí un taller dedicado básicamente a editar obras en griego. A partir de 1495 comenzaron a salir sus trabajos. Sin embargo su predilección por las letras cursivas con las contracciones y ligaduras de los tipos, grabados por Francisco Griffo, hizo imposible la bella impresión de sus textos con caracteres griegos, al contrario de los que estampó en romanos. A pesar de ello, a través de este vistoso y cuidado Psalterium se refleja el buen hacer de Manucio y se explica el valor que tienen hoy las obras salidas de su imprenta que a su muerte siguió funcionando durante un siglo más o menos, primero regentada por su suegro Andrea Torresano, y después por su hijo Pablo y su nietro Aldo "el Joven" sucesivamente.

(Tomado de: Rocío Caracuel Moyano y Aurora Domínguez. Un tesoro en la Universidad de Sevilla: incunables y obras de los siglos XVI y XVII: Exposición. Sevilla: Secretariado de Publicaciones de la Universidad, 1993).
Fotografía: José Delgado Lamela.