4 h., 343 p. (con errores), 19 h.- grab.- Sign.: ¶4 * **A6 -G6 I8 K6 -Z6 Aa6 -Dd6 Ee4 Ff4 .- Fol.L. red.- 2 tam. - Grab.- Port. orlada.- Apost. marg.
El ejemplar expuesto carece de la anteportada, grabada por Matías de Arteaga, con la figura triunfante de San Fernando y Sevilla al pie, y el grabado intercalado de la Giralda engalanada. En otro ejemplar (B.G. 98/109) se conserva la anteportada pero también carece del grabado de la Giralda y varios más.
Corresponde esta conocida obra a uno de
los momentos más felices que vivió Sevilla en el siglo XVII, la subida a los
altares de Fernando III. Si el siglo hasta entonces había sido pródigo en
canonizaciones de santos españoles que la ciudad había venido celebrando con
gran derroche a pesar de que no corrían buenos vientos para ella, ahora en 1671 le
tocó el turno a su reconquistador y había que volcarse materialmente en todo
tipo de manifestaciones festivas. Pero había que conservar memoria de ese
esplendor no sólo por medio de las habituales y modestas relaciones, sino en
una obra digna del suceso, de gran envergadura tipográfica. Para ello se
aunaron una serie de esfuerzos que dieron como resultado esta extraordinaria
edición, la mejor sin lugar a dudas de toda la imprenta sevillana del
seiscientos, "un verdadero monumento en su género", como la califica
Bonet Correa.
El autor del texto, el sevillano Fernando
de la Torre y Farfán (m. 1677), aunque cultivó la poesía y la dramaturgia, es
sobre todo conocido como cronista de fiestas. Además de esta, describió una de
las inmaculistas celebradas en la ciudad en 1665 (Fiesta que celebró la Iglesia
Parroquial de S. María la Blanca...), y la justa literaria que tuvo lugar al
inaugurarse el nuevo Sagrario de la Catedral Hispalense (Templo panegírico, al
certamen poético...), ambos textos impresos por el prolífico tipógrafo Juan
Gómez de Blas en 1666 y 1663 respectivamente y también bastante conocidos. De
ellos hay ejemplares en la Biblioteca General (sign. 88/106 y 218/040 del
primero y 88/78 del segundo).
Si el relato de Torre Farfán resulta interesantísimo, en la
obra lo más llamativo, y lo que ha propiciado mayor número de estudios,
son sus nueve magníficas ilustraciones hechas casi todas por Matías de Arteaga,
algunas sobre dibujos o pinturas anteriores pero en general para la ocasión, de
Murillo, Francisco de Herrera, Juan de Valdés Leal y otros renombrados
artistas. En dos grupos pueden clasificarse los grabados, uno constituido por
distintos planos internos y externos de la Catedral engalanada para la ocasión,
y otro de tema variado. Los más interesantes son los primeros, como por ejemplo
el de la vista de la Iglesia Mayor en la que puede apreciarse su puerta
principal todavía sin labrar -se haría en el siglo XIX-, el del Monumento que
levantaron Valdés Leal y Bernardo Simón de Pineda en la nave mayor y, sobre
todo, el vistosísimo de la Giralda adornada con banderas y estandartes,
últimamente muy reproducido. Existe edición facsímil de la obra con
introducción a cargo de Antonio Bonet Correa (Madrid, Fondo de Cultura de
Sevilla, 1984).
B.G. Sign.
61/107
(Tomado de CARACUEL MOYANO, R., DOMÍNGUEZ GUZMÁN, A., Un tesoro en la Universidad de Sevilla. Incunables y obras de los siglos XVI y XVII. Universidad de Sevilla, 1993)
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