viernes, 10 de julio de 2015

SUEÑO DE POLIFILO

FRANCESCO COLONNA

Hypnerotomachia Poliphili.
Venecia, Aldus Manutius, diciembre 1499.
Biblioteca de la Universidad de Sevilla A 336/80

Bellísima edición princeps de uno de los más curiosos, simbólicos e interesantes libros del Renacimiento, tanto por su asunto como por los artísticos y numerosos grabados que la acompañan. Se considera obra maestra de la tipografía aldina.
La Hypnetotomachia Poliphili, conocida comúmnente por Sueño de Polifilo, es una especie de novela alegórica extraordinariamente compleja y extraña en la que su autor, el fraile dominico Francesco Colonna (Venecia, 1433-1527), aun dando paso a elementos medievales, supo cristalizar el neoplatonismo y las ideas imperantes en los círculos humanísticos en que se movió, aunque su rebuscada y rimbombante prosa ha dificultado bastante su comprensión.

Dividada en dos partes o libros con un total de 38 capítulos, trata mediante un sueño que tiene Polifilo, de los amores de este con la joven Polia en un mundo absolutamente pagano de extraordinaria belleza, no exento de erotismo. Aunque la obra ha tenido diversas interpretaciones, es en definitiva una glorificación del amor.

Parece estar confusa la autoría de las 171 espléndidas xilografías que ilustran la edición, aunque las atribuciones que apuntan a Giovanni Bellini, Andrea Mantegna y al grabador Jacopo Barbari son las más seguidas. Si la obra a pesar de su fuerte carga erótica y paganizante nunca fue censurada, lo que se ha achacado a su difícil lectura, sus grabados en cambio sí, pues en los ejemplares conservados se evidencia en las numerosas tachaduras que han sufrido. y si ya resulta extraña la procedencia del ejemplar expuesto, la Casa Profesa de la Compañía de Jesús de Sevilla, más lo es el estado en que se encuentran sus ilustraciones, no tienen la más mínima tachadura.

La oscuridad del lenguaje utilizado por Colonna impidió en un primer momento que la obra tuviese éxito. La segunda edición fue hecha también en Venecia en 1545 por los sucesores de Aldo Manucio, y al año siguiente, traducida al francés, se imprimió en París por Loys Cyaneus para el librero Jacques Kerver con bellas ilustraciones inspiradas en las de este incunable. A partir de esta edición, el éxito de la obra fue muy notable, especialmente en Francia. 

En España tuvo poca fortuna -no se le conoce ninguna edición antigua-, seguramente por su carga erótica. Sin embaro, según Julián Gállego (Visión y símbolos en la pintura española del Siglo de Oro), el mundo esotérico y arqueológico que descubrió en sus paisajes y monumentos, además de básico para la posterior literatura simbólica, ejerció también una gran influencia en las fastuosas ceremonias de los Austrias (pirámides, carros triunfales, obeliscos, etc.). Y Pilar Pedraza señala en concreto su huella en los relieves del Claustro de la Universidad de Salamanca.

La primera edición facsímil de esta aldina de 1499 se publicó en Londres en 1904 por la editorial Mathuen and Cº. La única versión castellana de la obra, también sobre la misma edición, es la hecha por Pilar Pedraza en dos tomos con introducción, comentarios y notas.


(Tomado de: Rocío Caracuel Moyano y Aurora Domínguez. Un tesoro en la Universidad de Sevilla: incunables y obras de los siglos XVI y XVII: Exposición. Sevilla: Secretariado de Publicaciones de la Universidad, 1993).

2 comentarios:

Mocofrecuencia dijo...
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